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miércoles, 18 de octubre de 2017

Un impuesto al turismo repartido entre todos

Si en la Isla de Margarita imponen un impuesto del 20% a toda actividad turística; y ese impuesto se reparte por igual entre todos los Margariteños, todos ellos remarían sus respectivos peñeros en la misma dirección… y cuidado el que no… le caen a palos.

miércoles, 2 de octubre de 2002

Trancando y destrancando

El Tamarindo, en Playa Guacuco, Isla de Margarita, es un hotel que está ubicado en unos de los sitios mas privilegiados del mundo por lo que, con una buena dosis de cariño, dedicación y capacidad por parte de un buen operador, así como una colaboración razonable de las autoridades, debería estar hasta el tequeteque con turistas satisfechos y deseosos por regresar. Pero, qué va, … cerrado y abandonado a las inclemencias de nuestras realidades tropicales, poco a poco irá desapareciendo hasta terminar en otro resto, que algún día le evidenciara a un antropólogo, la increíble desidia de nuestra sociedad.

Qué fácil sería definir una concesión para el Tamarindo, por treinta años y sujeto a muy pocas normas, como por ejemplo cuidarlo y a partir del tercer año cancelarle al Estado un monto x por noche ocupada… y entregarlo de manera gratuita a quien haya sido seleccionado, por sorteo, entre los grupos deseosos y calificados. Pero NO, por cuanto nuestra sociedad requiere que, para entregarle algo a alguien, hay que pagar algo hoy… el futuro queda trancado.

Cadafe, es una empresa eléctrica que durante décadas cumplió fabulosamente con la misión de electrificar a Venezuela pero que, por no saber reorganizarse a tiempo, hoy es una organización con el corazón y las arterias tan calcificadas, que regresando por sus mismos pasos, está des-electrificando al país.

Qué fácil sería crear alrededor de su sistema distributivo unas 20 concesiones y entregarles estas, gratuitamente, a cooperativas, empresas privadas, empresas municipales o cualquier otra forma de asociación, que esté dispuesta aceptar las normas de la concesión desarrolladas sobre la base de reconocer el interés público del servicio eléctrico. Pero NO, por cuanto nuestra sociedad no puede convivir con la idea de soltar algo que pueda significar una pérdida de poder… el futuro queda trancado.

Contrario a lo que uno pudiese creer, de oír a quienes predican sobre lo indispensable que es para el desarrollo proteger la propiedad intelectual con patentes, el Internet, uno de los avances más significativos de nuestra época, logro su desarrollo solo gracias a la absoluta libertad y gratuidad de acceso a toda sus fuentes de programas.

Qué difícil será, evitar que las oportunidades de negocios, infrinjan y recorten sobre la libertad de la red, como de hecho ya está ocurriendo. No obstante y sin ser un experto en la materia, tengo la impresión que la reciente decisión del Ministerio de Planificación y Desarrollo, de asegurar que toda la información pública así como todo el desarrollo informático oficial de Venezuela, esté, de manera preferencial, basada en un software libre, puede ayudar a destrancar el futuro de un país joven.

Publicado en TalCual 2 de Octubre de 2002




jueves, 3 de enero de 2002

La bomba de oxígeno

Hace poco tuve la ocasión de comentarles sobre la adicción que tiene mi esposa por el jugo de naranja y hoy me referiré a otra, Margarita. Les aseguro que la Isla es para ella como una gigantesca bomba de oxígeno, a la que necesita recurrir cada tanto tiempo, a fin de lograr recuperar el equilibrio de vida que ella tanto necesita y que tanto necesitamos, mis hijas y yo, que ella tenga. Pero, en su adicción, no se encuentra sola, por las calles de Caracas deambulan miles de personas con una sola meta en la cabeza, retirarse a Margarita, lo más pronto posible.

Son quienes buscan escaparse de las tensiones de una metrópolis difícil, pero que, al contrario de un Di Caprio, no buscan algo perdido y lejano para aislarse del mundo, sino que ansían que su Playa los mantenga cerca de los suyos y de Venezuela. 

Son quienes siguen y discuten cualquier noticia relativa al desarrollo de su refugio, hasta con más ansiedad de la que pueden tener respecto de su actual residencia, ya que ésta es sólo temporal, mientras que la de Margarita será la final.

Son a quienes, si bien les interesa la evolución del turismo en Margarita, más importancia le dan al hábitat de la Isla y tiemblan ante propuestas de alcaldes creativos, como la de construir un bulevar de concreto en Playa Guacuco.

Son quienes en cada nuevo proyecto de construcción, ven la posibilidad de otro esqueleto sin terminar, que por décadas afeará la Isla, de allí que exijan que cada proyecto, antes de iniciarse, presente una fianza de fiel cumplimiento.

Son quienes con sus pagos de derechos de frente, condominio y facturas eléctricas, a tarifas de temporadistas, ayudan a mantener la Isla, sin derecho a voto. 

Son quienes saben que no existe otra isla en el mundo que presente esa mezcla ideal de naturaleza y humanidad, capaz de alcanzar el punto de perfección, con la sola presencia del interesado.

Comparto plenamente el sentimiento de mi esposa por Margarita, aún cuando en mi caso particular, entenderán que me resulta más productivo hablar de una adicción por ella y seguirla a donde vaya. Tan es así que, habiendo observado la actitud tanto más favorable y positiva de quienes visitan a Caracas, que la de quienes viven en ella, hace un año decidimos adelantarnos a los acontecimientos y nos “residenciamos” en la Isla... aunque llevamos once meses visitando nuestras hijas en la capital y viviendo en nuestro nuevo “pied-à-terre” caraqueño, que por casualidad es nuestro viejo apartamento.

Para nuestra suerte, el mundo globalizado todavía nos permite una semanita “en casa”, ...en nuestra PLAYA.

PD. A quienes nos visitan en estos días les ruego que aprovechen para ver en Porlamar lo que unos héroes están construyendo para cruceros turísticos, el Puerto de la Mar, un Señor Portal de entrada a Venezuela. Si les cuento que el apoyo unánime que debería tener tal proyecto se diluye por quienes consideran que “instalaciones” como las de Guamache son suficientes para recibimientos dignos, entenderán que en “L´aila”, también sufrimos de mentes de pollo.



martes, 14 de agosto de 2001

Momentos [Mementos] Turísticos

El solo levantar vuelo a Porlamar desata reflexiones. Sobrevolando Cubagua, ¡qué sitio más bueno!.. para montar la madre de todos los Sobreviviendo, colocando 10.000 ultra pro y 10.000 ultra contra chavistas y dejar que, desarmados, negocien un proyecto de islote. 

Aterrizo en el Internacional de Porlamar y especulo sobre el impacto que para Joe W. de Texas, fanático del turismo aventura, tendría una foto donde “Er Arcarde” le entregue, para su uso personal, un chaleco antibalas último modelo marca Cavim. 

En el aeropuerto confirmo que las tiendas tipo “duty free”, que en el mundo entero significan precios altos, quedan como camufladas y no destacan en una zona “free de duty” y me recuerdo haber propuesto gravar a “L’Aisla” con unos altísimos impuestos, para luego fomentar el turismo de evasión fiscal, reivindicando así su venerable tradición contrabandista. Para Hans de Hamburgo, no debe existir cabeza de antílope que pueda competir con un certificado de evasión fiscal emitido por la Cámara de Comercio. 

Y siguiendo la misma vena, imagínense la tímida y obediente Lisa de Birmingham, tomándose una foto “negociando con las autoridades”, con ese gordito de tránsito que siempre me paraba en el cruce de la Rómulo Gallegos con Los Ruices. 

Hans y Helga, los ambientalistas de Ámsterdam, recordarán sus protestas frente a las plantas eléctricas que queman petróleo, por culpa de los genios que prefieren atravesar la Gran Sabana con un tendido eléctrico, para venderle nuestra hidroelectricidad a Brasil, más barata de la que compramos a Colombia. 

Frank de Boston podrá visitar el museo del Miss Venezuela, que deberían construir y Moníque de Cannes, reconstruir su ego en Playa El Agua, notando que aún hay quienes no son indiferentes a sus descubiertos. 

Finalmente y como gran regalo de salida, todos encontrarán en su hotel, encuadernada en cuero, copia de la Gaceta Oficial del 15 de Julio de 1998, que contiene el Instructivo No. 1 para el Servidor Público, que entre otros, en el Artículo 19 obliga al uso del “Usted”, prohibiendo familiaridades, como “mi amor”. 

Hace tiempo leí la etiqueta de un refresco, que orgullosamente proclamaba “Garantizado 100% artificial” y aprendí acerca de la importancia de la actitud mental. Francamente, Margarita es demasiada Isla para seguir la mismita ruta que las demás del Caribe, donde ya, hasta en las franelas de souvenir podemos leer, “Diferente Isla ... misma mierd....”

Publicado en El Universal el 14 de Agosto de 2001


jueves, 10 de mayo de 2001

Políglotas Margariteños

¿TE CUENTO LA HISTORIA? Muchos hemos respondido con un sí a esa pregunta, cuando la formulan esos vivaces y dicharacheros niños, que se ofrecen como guías, en la isla de Margarita. Muy pronto en Puerto de La Mar, el puerto de cruceros de Margarita, se iniciarán cursos para que decenas de jóvenes, cual superguías globalizados, reciban en varios idiomas a miles de turistas.

La meta es que cada uno de ellos, folclóricamente trajeados y supervisados, aprendan a narrar diez asuntos relacionados con Venezuela, en tres minutos por tema, en siete idiomas, incluyendo alguno exótico y todos con un pronunciamiento impecable. El sueño es formar los baquianos que ayuden al país a encontrar un rumbo por la senda del turismo.

¿Puerto de La Mar? ¿Un puerto de cruceros? ¡Pues sí! Permitiéndome parafrasear lo de Margarita en el Caribe, no hay duda de que este puerto es casi el secreto mejor guardado en Margarita. El otro día lo vi y simplemente no lo podía creer. Los que conocen de mi entusiasmo por el turismo y por Margarita, sabrán lo feliz que estoy.

Especialmente feliz ya que, en lugar de ser un proyecto turístico cobarde , de los que se amparan en explotar la naturaleza virgen, es valiente por cuanto al abrir las puertas a nuestro país sobre el bulevar Guevara, en Porlamar, también ayudará a reconstruir áreas deprimidas y deprimentes.

Especialmente feliz porque creo que los promotores, grupos privados y la Alcaldía, con el apoyo de la Gobernación y demás autoridades, están conscientes de que el reto no es sólo el construir con vigas y concreto, el reto es con creatividad y cariño, buscar aquellos equilibrios externos e internos, que un proyecto como éste requiere. En lo externo, el equilibrio turístico se consigue en ese justo punto donde lo desconocido se encuentra con lo conocido, en otras palabras, donde el turista siente que se encuentra en un lugar nuevo, fresco e interesante, que le amplía sus perspectivas, pero no le crea inseguridad. Ello resulta de especial importancia para el turista de cruceros, tan conservador que ni siquiera pernocta, pero que cuando le gusta, se sabe que regresará buscando la experiencia total.

Si el equilibrio externo es difícil de lograr, aún lo es más el interno. Un puerto de cruceros, como entrada al país, debe lograr retener los suficientes atractivos y puntos de venta que justifiquen su propia inversión, pero debe simultáneamente evitar convertirse en una odiosa alcabala, que lo enemistaría tanto con el turista como con la comunidad. ¿Cómo lograrlo? No hay una sola respuesta, pero lo básico es que exista la conciencia del problema y, en este caso, la hay. Una comisión autónoma de puerto, que representa los variados intereses, es una de las opciones.

Pero, volviendo a nuestros baquianos políglotas-diplomáticos en formación. ¿De qué van hablar? Bolívar a caballo, la vida de Luisa Cáceres de Arismendi, Humboldt y la Gran Sabana, Simón Díaz y la tonada, la orimulsión y el ibis scarlata son sólo algunos de los temas, pero aceptan sugerencias.

El Puerto de La Mar pronto abrirá otra puerta de Venezuela al mundo. Pero antes, con orgullo, debemos abrirle a esa iniciativa la puerta de nuestros corazones y darles nuestro apoyo. Para quien tenga acceso a Hugo, por favor ruéguele, que venga para que le cuenten la historia, y para que vea el futuro.



martes, 15 de agosto de 2000

La Isla de Margarita que yo quiero

Siguiendo con una serie de artículos en donde confieso mis deseos para con la evolución de la economía de Venezuela, hoy le ha tocado el turno a mi querida Isla de Margarita. 

Antes que nada, debo declarar que soy un fiel creyente de que el único modelo económico relevante para Venezuela es el que reconoce que el país seguirá recibiendo por muchas más décadas considerables ingresos petroleros, lo cual probablemente mantendrá la cotización del Bolívar fuerte, haciendo de nuestra Venezuela un país relativamente caro - y forzando a Margarita a ser lo que merece ser - una Isla con clase y categoría. 

La Isla de Margarita que yo quiero, es una isla que tiene la suficiente confianza en sí misma como para iniciar la búsqueda de un turismo de la más alta categoría, dejando a otros que se encarguen del repele del turismo internacional, que busca precios tan bajos, que no alcanzan ni para ofrecerles una comida decente. 

La Isla de Margarita que yo quiero, tiene suficiente poder de convocatoria para exigir que la misma sea servida adecuadamente por las principales líneas aéreas del mundo - hasta tal punto que incluso, de ser necesario, logre redireccionar todos los vuelos internacionales hacia Porlamar. Lo anterior se logra bien mediante incentivos (jet-fuel sin impuestos y al costo para toda aeronave que aterrice en Porlamar) o a la fuerza (línea que no vuele a Porlamar, tampoco va a Caracas). 

La Isla de Margarita que yo quiero, conoce que el turismo no especializado no rinde frutos y busca ocupar segmentos del mercado, donde logre crear ventajas comparativas o, como en el caso de Playa El Yaque, donde la naturaleza misma ha señalado como target el segmento del windsurfing. 

La Isla de Margarita que yo quiero, tiene suficiente inteligencia como para aprovechar activos tales como el Centro Médico Nueva Esparta (CMNE), que es un lugar ideal para desarrollar una experticia en el cuidado médico de la tercera edad, vía convenios con universidades y grandes empresas especializadas. Una vez alcanzada esta meta, la Isla se adecuaría perfectamente para construir la infraestructura necesaria, que permita acometer planes tan ambiciosos como el de ubicar, durante los seis meses invernales, a decenas de miles de jubilados de los países desarrollados. Esta propuesta no puede considerarse como utópica dentro de las nuevas realidades de geopolítica global. 

La Isla de Margarita que yo quiero, le molesta saber que en un mes como Enero del 2000, 54 cruceros anclaron en la Isla de Saint Martin, permitiendo que alrededor de 95.000 pasajeros y de 39.000 tripulantes bajasen a visitar, conocer, comprar, comer, beber y, en general, ayudar a colocar en el mapa turístico mundial, a una isla menos merecedora que Margarita. 

La Isla de Margarita que yo quiero, no permite que Venezuela se encuentre asociada a un Caricom, cuando en casi todos los países del Caribe, en sus respectivos mapas turísticos, no aparece ni siquiera mencionada nuestra bella isla. 

La Isla de Margarita que yo quiero, no se da por satisfecha con un apoyo turístico oficial, que sólo busca capturar el turismo externo, enviando a los funcionarios de turno a las distintas ferias internacionales. 

La Isla de Margarita que yo quiero, acomete planes promocionales creativos, cónsonos con su clase, tales como, por ejemplo, estableciendo estudios de grabación audiovisual con calidad mundial, que atraigan estrellas de nivel mundial y con ellas, la indispensable cobertura de los medios. 

La Isla de Margarita que yo quiero, tiene una dirigencia que no permite que ocurran hechos como la privatización de su sector eléctrico, donde el cheque por US$ 63 millones, que se obtuvo por su venta fue disfrutado (o mejor dicho, despilfarrado) por el gobierno central de Caracas, siendo la única contraprestación recibida por la isla, la de una estructura tarifaria alta, ya que al no contar tampoco con un cable submarino, no puede disfrutar de la económica hidro-electricidad del Guri, de la que en cambio sí va a gozar Brasil. 

La Isla de Margarita que yo quiero, sabe que el futuro de sus hijos depende de un esfuerzo conjunto y por lo tanto establece un código turístico que contempla severos castigos a toda infracción que atente en contra de sus objetivos. 

La Isla de Margarita que yo quiero, ofrece cursos gratis de idiomas extranjeros a todo residente que así lo desee. 

La Isla de Margarita que yo quiero, aplica la actual Ley del Ambiente para obligar a la demolición, a costa del promotor, de toda obra y proyecto inconcluso que afea la Isla. 

La Isla de Margarita que yo quiero, no permite que en la ruta hacia su aeropuerto, la marca de cigarrillos más favorecida por su población, promueva destinos distintos y foráneos, como Punta de Cana. 

La Isla de Margarita que yo quiero, no permite la creación de nuevos impuestos. La sola excepción sería de conformarse una nueva variante del turismo aventura - el turismo de la evasión fiscal –que otorgaría certificados de evasión a los turistas europeos que se sienten fiscalmente agobiados, quienes además tendrían el aliciente de comprar gasolina a su precio real, sin los 400% de impuesto a que están acostumbrados. 

La Isla de Margarita que yo quiero, sabe que debe ser la puerta de entrada a todas las demás ofertas de turismo en Venezuela. 

La Isla de Margarita que yo quiero, es capaz de convencer a los venezolanos, de que su desarrollo como Nación, depende del éxito de Margarita. 

La Isla de Margarita que yo quiero, es capaz de convencer a los margariteños, de que su desarrollo como pueblo, depende de su propio esfuerzo.

Publicado en El Universal el 15 de Agosto de 2000








viernes, 28 de enero de 2000

The Oil Cruiser

In December 1999, unleaded gasoline in the UK was being sold for the equivalent of Bs. 763 per liter. Out of this amount, Bs. 118 went to the producer who sacrifices a non-renewable resource. Bs. 37 to the distributor, and Bs. 608 to the UK taxman’s coffers in the form of various types of taxes.

The value of something is simply what the buyer is willing to pay for it. It is clear that in the above case, the producer of the oil is only able to extract a minimal portion of the value of the same, i.e. 16%. This should theoretically oblige him to take action. 

The first and foremost, is to protest and fight against the indiscriminate and confiscatory taxes most countries that consume oil and its derivatives impose on it. In this sense, I am doing what I can through an organization called Petropolitan. Today, however, I wish to refer to other possibilities of extracting more value from oil.

I heard while watching a documentary, that a large cruise ship crossing the Atlantic consumes about US$ 80,000 worth of fuel oil per day. I am not sure when this documentary was produced, but there is no doubt that the cost of oil is of vital importance, both for cruise ships as well as for airlines.

Interested in the subject, I managed to get hold of a copy of a report that detailed by name and dates the different cruise ships that are to visit a particular island in the Caribbean during the month of January 2000. 

With the help of a Cruise Guide I studied the list and obtained the following results:

During the month of January of this year, 54 cruise ships were scheduled to visit the island of Saint Martin, some of them more than once. 

These ships represent a basic population of 92,846 passengers (two per cabin) who are cared for by a total of 39,345 crewmembers. Upon visiting the island, they get to know it, they buy things, they eat and drink, they re-supply the ship, and in general, they put the island on the tourism map.

Worldwide, the cruise industry sells more than eight million tourism packages per year (5.5 million in the United States alone), based on a fleet of almost 300 ships or which 85 have a capacity to accommodate more than 1,000 passengers.

I ask myself if it would be possible, by using our oil intelligently, to introduce Venezuela to this market and thereby manage to obtain higher yields from our oil sales than we are getting at this moment.

For example, we could come to agreements which would guarantee that each ship that docks at two Venezuelan ports and stays a minimum of 6 hours at one and 18 hours at another, has the right to take on fuel at a preferential price not greater than the marginal production cost and in quantities adjusted to the number of passengers each ship carries.

Evidently, preferential prices for fuel oil do not guarantee success. There is no doubt that passengers must want to come to Venezuela in the first place. I am sure, however, that if we were to put into place a plan like this which could be effectively sold to the owners of the cruise lines and that somehow guarantees traffic for a period of ten years, investment would immediately begin to flow towards the required infrastructure and Venezuela could achieve the required specialization in order to compete with other destinations.

I do not think anyone in rest of the Caribbean would object to this program, since the only thing that can result is an increase in tourism activity in the entire area, which would benefit everyone.

It is also possible to extend the benefits of a plan such as this one to the aviation sector. I can envisage packages, which would enable tourists to fly from New York to Porlamar in Margarita, to stay at a hotel for a week and then go back on a cruise ship.

The proposed might help to reverse the oil sector’s low job creation capacity. One employee in the tourism industry mentioned the fact that during the winter months, some Canadian cruise lines concentrated their activity in Miami. He referred to this as a “shot in the arm” for the Miami economy. I do not wish to exaggerate the possible impact of a program such as the one described here, but honestly, if Miami’s economy needs a shot in the arm, doesn't Venezuela's?

With our geographic advantages, our oil and a bit of will, Venezuela could surely become the southern capital for cruise lines in the Caribbean. This could probably be achieved without using our oil, but why not make the best use of a comparative advantage?




jueves, 13 de enero de 2000

El Crucero Petrolero

En Diciembre de 1999, en Inglaterra, la gasolina premium sin plomo se vendía en Bs. 763 por litro. De acuerdo a su Asociación de Expendedores, de ese precio, al productor, quien sacrifica un recurso no renovable le toca Bs. 118 al distribuidor Bs. 37 para el y al Fisco Inglés por concepto de diversos impuestos Bs. 608 por litro, el 80%.

A sabiendas que el valor de algo es lo que el comprador esta dispuesto a pagar, queda claro que para el caso anterior, el productor del petróleo solo logra extraer una mínima porción de su valor, el 16%. Esto debería obligarlo a tomar ciertas medidas. La primera, la mas obvia, es protestar y pelear contra los impuestos, que de manera discriminatoria y confiscatoria, aplican la mayoría de los países consumidores al petróleo y sus derivados. En el sentido anterior hago lo que puedo por medio de una asociación llamada Petropolitan. 

Hoy deseo referirme a otras posibilidades de extraerle mas valor al petróleo.

En un documental oí mencionar que el consumo de petróleo de un crucero grande, en plena travesía del Atlántico, representaba un costo de US$ 80.000 por hora. No se en que fecha se hizo el documental - pero es indiscutible que el costo del petróleo debe ser de importancia vital, tanto para cruceros como aviones.

Interesado en la materia logre obtener una copia de un reporte que indica con nombre y fecha todos los cruceros que habrán de visitar una isla caribeña en el mes de Enero del 2000. Con la ayuda de una Guía de Cruceros me dedique a estudiar la lista y obtuve los siguientes resultados.

En Enero de este año 54 cruceros llegaran a Saint Martin, algunos de manera repetida. Estos cruceros representan una capacidad básica de 92.846 pasajeros (2 por camarote) y cuentan con un total de 39.345 tripulantes. Al visitar una isla la conocen, compran, beben, se reabastecen y en general ayudan a colocar a la isla en el mapa turístico.

A nivel mundial la industria de cruceros representa mas de 8 millones de paquetes turísticos vendidos al año (5.5 millones en Estados Unidos) y funciona en base a una flota de casi 300 barcos y de los cuales 85 tienen la capacidad de acomodar a mas de 1000 pasajeros.

Me pregunto si no seria posible en base al uso inteligente del petróleo lograr introducir a Venezuela con fuerza en este mercado y así lograr obtener un rendimiento superior al que actualmente logramos vendiendo el petróleo como tal.

Un convenio donde - a todo crucero que toca dos puertos venezolanos - se queda un mínimo de 6 horas en uno y 18 horas en otro, tendrán el derecho de reabastecerse con combustible, a un precio preferencial no mayor al costo marginal de producción, en cantidades de acuerdo al numero de pasajeros.

Por supuesto que con petróleo preferencial no se garantiza el éxito. Sin duda se necesita que el pasajero desee venir a Venezuela pero estoy seguro de que un plan como el indicado, que reciba una buena acogida por parte de las empresas propietarias de los cruceros y que se establezca de manera irrevocable por un periodo de diez años - inmediatamente produce las inversiones y la especialización requerida para que Venezuela de verdad pueda competir.

No creo que nadie en el resto del Caribe objetaría un programa como el presentado ya que lo único que puede resultar de el es un incremento en toda la actividad turística del área y que beneficia a todos.

Las posibilidades de extender el beneficio petrolero al sector de la aviación también existe - y lo cual me deja visualizar planes tales como vuelo de Nueva York a Porlamar - estadía en un hotel una semana - y regreso en un crucero.

Un empleado del sector, al referirse al hecho de que algunos cruceros, durante el invierno, centraban su actividad en Miami en vez de Canadá, se refirió a este hecho como "a shot in the arm for the Miami economy". No deseo exagerar el posible impacto de un programa como el descrito pero creo que puede ser una formula para lograr obtener un mayor valor económico del petróleo y al mismo tiempo combatir su baja capacidad de generar empleos. Si la economía de Miami necesita un "shot in the arm" como no la necesita Venezuela.

Con nuestra ubicación geográfica, petróleo y voluntad Venezuela puede convertirse en la capital sureña de los cruceros del Caribe. Por supuesto que se puede lograr esto sin el petróleo pero, a cuenta de que hemos de renunciar a una ventaja comparativa.




viernes, 25 de junio de 1999

El Fuenti - Una fuente de inspiración

Hemos recibido noticias desde Italia sobre la demolición del famoso hotel Fuenti, que ubicado sobre la bella costa de Amalfi, se había convertido en un símbolo de lo que allá se conoce como el "abusivismo ambiental", o por lo menos esos son los términos indicados por el traductor automático que uso al navegar las paginas italianas del Internet. Estoy seguro que para todos aquellos interesados, o en el derecho administrativo o en el estudio de la sociedad italiana, el caso debe resultar apasionante. Solo para comenzar, el proceso duro casi 30 años. 

Ordenar la demolición de una construcción de 34.000 m2 de concreto armado no es una cosa menor, en ninguna sociedad. El como lograr que dichas medidas se decreten para que efectivamente se pueda defender los derechos ambientales de la sociedad y del individuo y sin que se transforme en un "abusivismo legal" es un reto a la imaginación.

Estoy seguro que la mayoría de los lectores, sin sentir una necesidad de profundizar mas en este caso, tienen, como yo, la absoluta certeza de que cualesquiera sean las normas legales que los promotores del Fuenti hayan violado, que existen y existirán miles de casos que evidencian peores violaciones, pero que nunca habrán de sufrir consecuencias tan radicales.

Pero de igual manera no creo que mis lectores, como tampoco yo, habrán de derramar muchas lagrimas sobre la eventual injusticia que se haya podido cometer para con los dueños de Fuenti. La explicación de lo anterior se sitúa en lo que pudiésemos llamar un alto Indice de Contaminación Visual (ICV) para Fuenti.

Para entender el ICV, imaginémonos un puntaje por la fealdad de la obra construida, 10 puntos para lo mas feo hasta 1 para lo menos feo, y un puntaje para la relevancia o belleza del lugar de construcción, desde 1 punto para un sitio insignificante hasta 10 puntos para los sitios mas bellos y relevantes. Al multiplicar los dos puntajes se obtiene el ICV. Para Fuenti con un 8 por obra fea, multiplicado por un 8 por ubicación bella e importante se obtiene un ICV de 64, aparentemente suficiente para una condena.

¿Suena fácil y justo? No se ilusionen ¡Traten de lograr que dos italianos se pongan de acuerdo en un puntaje de belleza y un puntaje de relevancia!

En Venezuela espero que el caso de Fuenti sirva de fuente de inspiración para comenzar afrontar los serios problemas de contaminación visual que tenemos y entre estos, las tantas obras inconclusas que afean a la Isla de Margarita.

En Playa el Angel, en Playa Guacuco, en Playa Dondesea, se observa todo tipo de construcciones a medio terminar, cuan esqueletos dinosauricos, que insolentemente se creen tener el derecho de afear, a cuenta de haber sufrido un percance, financiero u otro, durante su construcción. De la misma manera en que se le exige a un avión aprovisionarse de suficiente combustible para llegar a su próximo destino, de esa misma manera, se le debería exigir a un proyecto de construcción el tener los recursos que permita completar su ejecución.

Al estudiar un algunas de las leyes que regulan la materia, por ejemplo la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística, se encuentra todo numero de articulados que obligan, por una razón u otra, a la paralización de las obras. Sorprendentemente, en dicha ley, no hay ni una sola palabra que se refiera a la obligación de terminar una obra iniciada. Claro esta que al considerar que las leyes son redactadas por los políticos y que estos no se destacan justamente por terminar lo que ofrecen, alguien pudiese objetar el uso del calificativo de sorpresa.

Aun cuando considero peligroso adentrarnos en el camino de la demolición de obras, basados por ejemplo en una contaminación visual, creo muy factible desarrollar una buena normativa para el caso de las obras inconclusas. Por supuesto cualquier ley que en tal sentido se redacte, debe garantizar a los afectados, los plazos (años no décadas) necesarios para desarrollar sus alternativas de acción.

En la misma categoría que las obras inconclusas, habría que analizar aquellas que por no usarse o por simple descuido, se encuentran altamente deterioradas. Conocemos la reciente moda que indicaba como "chic" unos huecos en los blue jeans y de igual manera hay edificaciones que usan materiales descubiertos para, a veces con mucho éxito, darle un carácter rústico a las superficies. No obstante, cuando sobre una vía de alto desarrollo turístico, observamos fachadas que se caen, por lo sucias y malas que están, no necesitamos de una formula matemática para asegurar que algo anda mal y exigir algún remedio.

Día a día, los aspectos relacionados con la defensa del ambiente cobran mas importancia. Para una isla como Margarita y que debe enfrentarse a una competencia cada vez mayor, el evitar la contaminación visual, resulta vital.

PS. Margarita LagunaMar 



viernes, 14 de mayo de 1999

Poco valor agregado al IVA en Margarita

Si existe algo, que en materia económica ha quedado evidenciado, con absoluta claridad, durante las ultimas décadas, sería la insuperable capacidad del Estado venezolano para malgastar recursos. En tal sentido, me resulta incomprensible cualquier receta para salir del actual desastre económico heredado, que comienza por transferir más recursos del sector privado al sector público. De allí que me considere un férreo enemigo de todo impuesto nuevo y más aún cuando éste, como el IVA, no cumple ni la más mínima función redistributiva. 

No obstante, en el caso de la Isla de Margarita, me rehuso a gastar muchas energías en protestar ante el recién decretado IVA. Mi razón es muy simple: ¿qué es una raya más para un tigre?

Hoy, en Venezuela, no existe otro sector que presente un potencial para generar tantos empleos, que de verdad sean externamente competitivos y productivos, como el turismo. Cuando reflexiono sobre el hecho de que en República Dominicana lograron generar, sólo durante 1998, ingresos turísticos por el orden de 2.500 millones de dólares, me resulta incuestionable al imperiosa necesidad de que unamos a todo el país alrededor de un PLAN NACIONAL DE TURISMO, centrado principalmente en Margarita.

¡Pero, no! Hace poco, en septiembre del año pasado, en lugar de llevarle a Margarita un nuevo cable submarino para que pudiese contar con una energía hidroeléctrica barata y segura, algo esencial para el turismo, la Isla, básicamente desinvirtió en turismo, cuando envío a la tesorería nacional del país casi 60 Millones de dólares obtenidos por la privatización de su sector eléctrico. Consecuencia de ello es el hecho de que en los hoteles de Margarita, el costo de la electricidad con frecuencia supere el costo de la nómina. 

Dentro de un verdadero plan turístico para Margarita, una de nuestras principales prioridades debería ser la búsqueda de una solución al problema del agua de la isla, al menor costo posible. Tal objetivo podría lograrse, bien con una nueva tubería desde tierra firme financiada por entes multinacionales o con el ofrecimiento de gas natural gratuito o muy barato, por un período lo suficientemente largo para permitir instalar desalinizadoras, que no resulten económicamente ruinosas. Hoy en día, lo único que se observa son movimientos tendientes a la instalación de tuberías de gas, para así poder lograr captar en Margarita a un cliente cautivo al cual venderle el gas a precios de mercado internacional.

Si alguien tuviera un verdadero interés en fomentar el turismo en Margarita, no permitiría una sobre-valorización del bolívar, como la actualmente existente, que sólo fomenta el turismo internacional del venezolano.

Si alguien tuviera un verdadero interés en fomentar el turismo en Margarita, desde hace tiempo estaría ofreciendo combustible, a costo marginal, a todo vuelo internacional, que traiga más de 100 turistas, para una estadía superior a una semana, desde una distancia mayor a 1000 Kms. Si tomamos en cuenta que, por ejemplo, en Europa, de cada 100 que paga el consumidor por la gasolina, el que la suministra, como sería el caso de Venezuela, sólo recibe 10, estoy seguro que cada barril "regalado al turismo", le daría un mayor rendimiento económico al país, que su venta directa.

Nos encontramos ante la triste realidad de que, en lugar de estar todo el país invirtiendo recursos en Margarita, como una incuestionable alternativa que le permita generar empleos venezolanos, asesores mediocres, en base a pequeñeces, que sólo conducen a la igualada hacia abajo, en nombre de una antinacional solidaridad nacional, recomendaron aplicar el IVA en Margarita. Incluso hasta quienes supuestamente son representantes del sector privado, aplaudieron la imposición de este impuesto. 

Pero no todo está perdido. En esta maravillosa isla, donde tanto el ingenio como los genes de su población nativa y asimilada, trabajan a tiempo completo para hacerle frente con ánimo a las adversidades, nuevas estrategias promocionales se están diseñando. 

Se conoce de la agobiante presión fiscal a la cual normalmente se encuentra sometido nuestro turista europeo en su casa. Una nueva atracción Margariteña está tomando forma, una moderna variante del turismo aventura: “El Turismo Fiscal”.

Gracias al IVA, por fin hay en Margarita la posibilidad de ofrecerle al europeo la tropical y liberadora experiencia de poder participar en una evasión fiscal. Muy pronto los vendedores en la Isla ofrecerán unos “Recibos de Evasión Fiscal”, que con toda seguridad habrán de competir favorablemente, como souvenir, contra cualquier pescado seco inflado, tradicionalmente ofrecido en el Caribe.

A nivel de gremios Margariteños, tengo entendido que se estudia la posibilidad de rifar, entre cada 5.000 turistas, una citación del SENIAT. Para un alemán de Stuttgart, poder enmarcar y colgar en su pared tan importante documento, seguramente supera con creces el valor equivalente de trofeo, de una cabeza de antílope africano, por generosas que sean las dimensiones de sus cuernos

Por favor, debemos crear un valor agregado en Margarita antes de pensar en cómo gravarlo con impuestos.

Traducido (por Google) del Daily Journal




jueves, 11 de septiembre de 1997

Una buena lección sobre cómo no ganar en turismo

 El turismo en nuestra hermosa Isla de Margarita ha sido duramente golpeado en los últimos meses. Son muchos los factores que contribuyen a esta situación, pero me gustaría aclarar específicamente tres de ellos, ya que tienen un denominador común: los problemas podrían haberse resuelto con una intervención oficial más coherente.

El primer factor se refiere a la administración de hoteles por parte de las entidades oficiales responsables de la gestión de los activos recuperados durante la reciente crisis del sector financiero. La concentración del lado de la oferta de la ecuación en manos de unos pocos actores, sin exigir aparentemente un retorno mínimo de las habitaciones ocupadas, ha alterado totalmente la estructura de la industria hotelera en la Isla.

Como resultado, Margarita ha abandonado hoy la posibilidad de aplicar una sofisticada estrategia de marketing tan acertadamente ilustrada por el lema “El secreto mejor guardado del Caribe”. En cambio, se ha introducido en el mundo del turismo de paquetes baratos basado en tres elementos, tarifas bajas, tarifas más bajas y tarifas más bajas...“El paquete más barato del Caribe”

 

Esta estrategia es francamente densa en una nación petrolera como la nuestra, donde la moneda local tiende a revalorizarse, lo que dificulta la competencia. Esto está ocurriendo se; hemos tenido un tipo de cambio relativamente estable durante el último año, mientras que la inflación local se ha quemado por debajo. Hay islas en el Caribe con infraestructura y paisajes menos atractivos que están aplicando estructuras tarifarias cinco o diez veces superiores a las vigentes en Margarita.

 

Habiendo visto la inmensa dedicación que Pro-Competencia le dio al fiasco Pepsi-Coca Cola, un caso de obvia magnitud e importancia pero en el que la disputa fue entre unos pocos accionistas, me sorprende sin fin que no hayan considerado necesario intervenir en el mercado hotelero en Margarita. El sutil control que ejerce el gobierno sobre un porcentaje tan alto de habitaciones de hotel definitivamente afecta la libre competencia. El mero hecho de que haya puesto habitaciones en el mercado a tarifas que apenas cubren los costos variables, sin exigir ni retornos ni recuperación de la inversión de capital, plantea la posibilidad de una demanda antidumping.

 

El gobierno podría haber evitado fácilmente esta triste situación si se hubiera asegurado de que los contratos de gestión se adjudicaran a varios operadores hoteleros y, entre otras cosas, hubiera exigido una devolución por la ocupación de cada habitación. El hecho es que el mercado se ha visto seriamente dañado y como consecuencia el Estado tiene menos posibilidades de recuperar sus inversiones.

 

El segundo problema, que podría haberse evitado con una intervención gubernamental oportuna e inteligente, fue causado por la cancelación de los vuelos de Viasa a Margarita. Los vuelos de rutina entre Europa y Margarita alimentaron la demanda de habitaciones de hotel y permitieron a los turistas viajar directamente y luego elegir entre los hoteles a su antojo.

 

Los vuelos chárter, aunque muy bienvenidos, tienen el inconveniente de trasladar el acto de seleccionar el alojamiento hotelero en el país de origen. En este sentido, el operador turístico extranjero se encuentra en una situación de beneficio mutuo en lo que respecta a las negociaciones arancelarias. En otras palabras, la mayor parte del paquete pagado por el turista se asigna a la tarifa aérea, mientras que queda poco para cubrir la habitación del hotel.

 

Es inconcebible que, conociendo la vital importancia de estos vuelos a Margarita, el gobierno no asegurara el ingreso inmediato de otras aerolíneas para sustituir los vuelos cancelados de Viasa desde Europa a Margarita. Esto solo se puede explicar en términos de indolencia y / o incapacidad.

 

Finalmente, me gustaría comentar sobre el tema del suministro de energía a la Isla. No cabe duda de que la falta de suministro eléctrico regular afecta gravemente a la industria turística en cualquier lugar. Estoy seguro de que, dada la intervención gubernamental adecuada, la isla se beneficiaría de un abundante suministro de energía.

 

En este sentido, sorprende que no se pusieran a disposición de Edelca recursos para financiar la instalación de una línea de transmisión adicional a la Isla. Eso le permitiría a Margarita acceder a la vasta disponibilidad de energía hidroeléctrica de Venezuela.

 

No entiendo qué está impidiendo a los funcionarios recuperar la industria del turismo en nuestra querida Margarita. Parece que todo el sector oficial ha dedicado toda su energía al debate sobre casinos y bingos. ¿Cuándo se darán cuenta de que el desarrollo del turismo no es simplemente un juego?